El Ártico es uno de los lugares más extraordinarios del Planeta Tierra. Abarca 8 países, en él viven 4 millones de personas, y es el hábitat para una vida salvaje verdaderamente increíble. Además, es el regulador del clima de todo el planeta. Lamentablemente, hoy es el campo de batalla para una de las peleas más importantes en la historia del medio ambiente.
Aunque parezca lejano y seguramente la mayoría de nosotros nunca viajará al Ártico, esta región afecta nuestra vida cotidiana de formas que ni nos imaginamos.
Para obtener petróleo, las empresas tienen que perforar el suelo del Ártico y apartar los icebergs que encuentran en el camino derritiendo el hielo flotante con mangueras gigantes de agua caliente. Si lo permitimos, un derrame de petróleo catastrófico es sólo cuestión de tiempo.
El Océano Ártico no estará a salvo hasta que tengamos políticas a largo plazo para mantener todos los combustibles fósiles en el suelo, no solo durante algunos años, sino para siempre.
El Océano Ártico tiene un rol fundamental en la regulación de la temperatura del planeta y su conservación es crítica para detener el cambio climático. Si se derritieran los glaciares para extraer el petróleo esto sólo provocaría que el planeta se calentara aún más, aumentaría el nivel del mar y una catástrofe climática sería inminente.
DeténloLas amenazas al Ártico afectan a más de 4 millones de personas que viven allí, particularmente a los grupos indígenas originarios. Estas comunidades dependen de su entorno para obtener alimentos y recursos, tal como lo han hecho durante siglos.
AYÚDALOSEl Ártico es hogar de especies increíbles que no se encuentran en ningún otro rincón del planeta. Todos ellos dependen del hielo marino para sobrevivir. Osos polares, zorros, renos y bueyes, entre otros, están en peligro de extinción.
SÁLVALOSDebemos dejar fuera del Ártico a las petroleras para mantener el petróleo en el subsuelo. El objetivo de nuestra campaña a largo plazo es la creación de un Santuario Global en el Ártico que lo proteja de las prospecciones petrolíferas, de la pesca industrial y del tráfico marítimo en las nuevas vías creadas por el deshielo.
¿Cómo? Haciendo frente y detener a las compañías y gobiernos que pretenden alcanzar el petróleo del Océano Ártico de una vez y para siempre.
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